31/3/14

Peña Santa de Castilla (verano 2013).


No recuerdo ni el día, ni el lugar, ni la hora... Pero si que recuerdo, salimos cuatro grandes personas como siempre, rumbo y destino: una montaña!

Verano 2013, objetivo, Peña Santa de Castilla.

Juan Antonio, Carlos, Miguel Ángel, Juan Carlos.

Salimos de Madrid con dirección Picos de Europa, después de un largo viaje llegamos a los lagos de Covadonga donde teníamos pase para ascender con el coche hasta donde lo dejaríamos aparcado.

Poco pesaba el macuto.


Una rápida revisión de material, un cambio de look completo, y emprendimos el ascenso hacia el refugio de Vegarredonda (1460msnm) en modo contrarreloj debido a que la noche se nos echaba encima y aun teníamos unas dos horas para llegar al refugio. Al final se nos hizo de noche justo cuando lo encontramos. 

Llegada de noche al Vegarredonda.

El guarda le llamaba el despertador, me reto a hacer mas de dos, al golpearme en la cabeza de mala manera me di cuenta de por que lo llamaba así.
Estábamos empapados, así que nos cambiamos sin hacer mucho ruido, tomamos algo rápido y charlamos con el guarda y nos fuimos a la cama a dormir algo.

Con mi padre en el refugio antes de dormir.

Miguel también se añade a los selfies.

Buenas y cortas noches.

Al día siguiente amanecimos temprano y tras el desayuno y la preparación del material para el pico que íbamos a ascender, comenzamos nuestra andadura,  un ascensión preciosa por prados verdes cercanos a un rió.

Listos o no salimos entre algo de niebla hacia el objetivo.
Picos de Europa enamora.

Llegamos a un lugar que si no recuerdo mal se llamaba Jou Santu, y desde allí la montaña nos ofreció la inmensidad de Picos de Europa, una imagen espectacular.



Observando el paisaje y buscando el recorrido correcto.
Paisaje espectacular.

Juan Carlos.
De ahí veníamos.
Una vez encontrado el camino a seguir, nos dirigiremos simple hacia la derecha, cruzándonos con un campamento de espeleología rumano, creo recordar, que llevaban unos días haciendo un mapa de una sima y donde no vimos ni un alma.

Panorámica, al fondo el Peña Santa.
Seguimos por un laberinto de caminos siempre buscando el Peña Santa. y tras mucho andar, pasar un par de neveros, y sortear algunos sitios complicados, llegamos a la base de la Canal Estrecha, la normal al Peña Santa, una vía de escalada clásica que disfrute mucho. Dejamos bastante material abajo ya que íbamos algo mal de tiempo y teníamos que ir ligeros.

Laberinto.
Al principio íbamos en cordadas de dos, Juan Carlos y Miguel Ángel, y mi padre y yo, pero nos dimos cuenta de que teníamos que ser mas rápidos así que uno abría y aseguraba al resto, hicimos unos tres largos hasta llegar a la cresta.

Juan Antonio abriendo un largo algo desplomado.
Yo en la apertura del segundo largo.

Yo abriendo un largo con ciertas dificultades de espacio, y después de escuchar como caía el único seguro que había puesto.
Lo que hay que sufrir con un hijo así...
Momentos de comentar el largo anterior con Miguel.
Probando material.
Una vez en la cresta hicimos una travesía lateral hacia la izquierda como si fuese otro largo mas por la caída que tenia.

Parece que no pero esta alto.
A partir de este punto fuimos encordados por un cresterio vertiginoso y precioso, no asegurándonos mas que en los pasos comprometidos a la manera tradicional.


Ultimo largo asegurando antes de la cresta final.
Que cresta mas bonita...

Y por fin después de muchos años soñando con ella... 

CUMBRE DEL PEÑA SANTA DE CASTILLA!!!

Foto rápida de cumbre.
Entre un mar de niebla nos hicimos unas cuantas fotos de rigor, y antes del descenso me percato de que lo que estaba oliendo no era mi imaginación, si no que verdaderamente olía a mar en la cumbre! La niebla procedente del mar nos traía los recuerdos de lo que al día siguiente seria nuestro trofeo!

Los Carrascosa en la cumbre. (Padre e hijo)
Ya cuando sentíamos el frío y el cansancio, comenzamos el descenso, deshicimos el cresterio, mojado por la niebla donde nuestros gatos patinaban en alguna ocasión, y montamos unos tres o cuatro rapeles, donde pasamos frío esperando, pero muy coordinados para ahorrar tiempo.


Panorámica de la cumbre.
Ultimo rapel.
Una vez en la base, íbamos bastante tarde y dimos por hecho que la noche se nos echaría si no andábamos rápidos. Tomamos algo rápido por que ya no pararíamos hasta que la noche nos sorprendiese.
Deshicimos el camino, y nuestro único objetivo era llegar al Jou Santu con luz ya que desde allí el camino era mas sencillo, siendo tentados de quedarnos a dormir en las tiendas de los rumanos... pero decidimos seguir aun viendo la caída del sol, llegamos con las ultimas luces al paso del Jou.

No paramos y aprovechamos la adaptación de nuestros ojos a la noche para seguir sin sacar los frontales dado que la niebla la teníamos encima. Juan Carlos fue el primero en sacarlo, debido a que lógicamente el deja de ver antes que nosotros, pero siguiendo mis botas pudimos continuar sin parar mucho.

Mi padre se percato de una cosa que yo no me había dado cuenta, estábamos empapados por la niebla, así que ya si que paramos y sacamos el resto de frontales y nos pusimos ropa encima, dimos unos sorbos al poco liquido que nos quedaba y emprendimos la búsqueda del camino.

Los frontales casi mas que ayudar nos cegaban por que la luz rebotaba en la niebla y no nos dejaba ver mucho. En la bajada encontramos casas de pastores en las que pensamos hacer un vivac, pero al conseguir hablar con el guarda del refugio, nos logro orientar un poco y seguimos. Sin saberlo, este había salido en nuestra búsqueda y nos lo encontramos pasado el refugio antiguo después de muchas vueltas. Al ver la luz yo pensé que había sido algo que me había deslumbrado, pero cuando lo vieron el resto ya nos relajamos todos, por fin respiramos tranquilos después de unas 6 horas intensas.

Que este es ciego? jajaja no se lo creía! Que huevos le ponéis nos dijo! Y traéis la cumbre! Que grandes sois! Ya os he dejado 'camas' para que durmáis! Traéis hambre?, la verdad que mi cuerpo no recibía comida alguna pero al obligarle ya se decidió a comer.

16 horas después de salir, volvíamos al refugio, cumbre incluida.
Después de la tormenta siempre llega la calma.
Siempre me han enseñado que la cumbre se alcanza cuando llegas a casa como relate en mi Facebook el día que bajamos.

Por la mañana nos despertaron las voces de la gente que había dormido con nosotros, comentando que habían llegado cuatro tarde por la noche, y que habían subido al Peña Santa, y desvelados y con frío por la corriente que estaban creando al entrar y salir nos levantamos, y debieron confirmar que éramos nosotros por las caras que teníamos, por lo menos la mía...

Que habéis hecho que???
Tras el desayuno y dar las gracias al guarda, nos despedimos y emprendimos el regreso al coche que nos llevaría otras dos horas donde disfrutamos del paseo sin prisas.

Prados.
Vistas de las casas de pastores.
El camino de vuelta era precioso.
Caballo pastando.
Ya en el coche bajando a los lagos.
Un poco de turismo por Covadonga, viaje a Ribadesella, (he de decir que me decepciono ver que la fiesta del descenso, se había convertido en destrozar el rió que un día descendí, LIMPIO... Aquello daba verdadero asco lleno de plásticos...)

Parada para un Cabrales y un poco de sidra como no!
Día del descenso.
En Ribadesella me metí un rato al mar, y tras descansar un poco, emprendimos la vuelta a Madrid.

El mar... Por fin relax...
La costa por fin!
En resumen la escalada clásica te aporta algo que ningún otro tipo de escalda te da, en alta montaña mejor, y con esta compañía siempre se agradece.

Agradecer a la SEMED/FEMAD la colaboración, sin ellos no podríamos ascender estas cumbres tan maravillosas, no subimos solos, subimos gracias al trabajo tanto en el monte, como en los despachos buscando patrocinios, como en otras actividades, de todos sus integrantes, y aunque no estén en la foto están en nuestras cabezas. GRACIAS.























No hay comentarios:

Publicar un comentario